Autor: Yezid Arteta

“Mi madre era una torbellino”. Así recuerda Joel a su madre. Se trata de Ruth Westheimer una mujer con apenas 140 centímetros de estatura. Ask Dr. Ruth, la película documental dirigida por Ryan White recorre los pasos de la sexóloga que ha marcado a varias generaciones de estadounidenses. Más que un torbellino, la llamada “Diosa del buen sexo”, es un terremoto que ha derribado prejuicios, mojigaterías y anacronismos en la extensa y variopinta sociedad norteamericana.

¿Para qué aprender algo nuevo cuando sabes que te queda poca vida? Karola Siegel, el nombre que le dieron sus padres judíos a la doctora Ruth, nunca ha dejado de aprender y enseñar.

El escritor Italo Calvino y el filósofo Emil Cioran recuerdan en algunos de sus textos la anécdota en la que Sócrates, mientras moría por el efecto de la cicuta que le suministró el verdugo, se empeñó en aprender una compleja pieza de flauta. ¿Para qué aprender algo nuevo cuando sabes que te queda poca vida? Karola Siegel, el nombre que le dieron sus padres judíos a la doctora Ruth, nunca ha dejado de aprender y enseñar. A los 42 años, mientras criaba a sus dos hijos, acabó un doctorado. A los 89 años escribió un nuevo libro. El conocimiento, inculcado por sus padres asesinados por los nazis, fueron la llave maestra de su éxito y una memoria prodigiosa, de papel como aconsejaba el Nobel Gabriel García Márquez como aseguranza contra el olvido. No pienso jubilarme, dice ante la cámara.

Ask Dr, Ruth es un filme muy oportuno y necesario en este terrible año de la peste. No sólo porque la protagonista es una mujer mayor sino porque fue la voz, amplificada por la radio, que en los Estados Unidos se alzó contra el puritanismo que trataba a los enfermos de VIH como pecadores que merecían un castigo divino, en forma de epidemia. Ella, que fue segregada desde niña, jamás iba a permitir que un segmento de la humanidad fuera perseguido por su inclinación sexual. “Todos somos normales”, es su lema.

La dilatada y novelesca vida de Ruth Westheimer no caben en los 100 minutos que dura el maravilloso documental de Ryan White, pero si nos lleva a conocer detalles de una personalidad arrolladora que tanto significado tiene para la cultura norteamericana. Una cultura que hoy cojea y abjura de la libertad.