Autor: Yezid Arteta

Lletraferit, una de las expresiones más bellas de la lengua catalana, hace referencia a las personas que sienten una pasión desenfrenada por la literatura. La pasión de Estela, Paloma, Norma, Chelo, Leopoldina y Lucía, no es por la literatura sino por el cine. Seis mujeres, mayores para más trazas, que van a las salas de cine con la misma periodicidad que una beata asiste a la iglesia. Ven cine a diario. Son las personajes de Las cinéphilas, el filme documental dirigido por la bonaerense María Álvarez. “Soy cinéfila, no espectadora”, sentencia una de las protagonistas. Una cinéfila, explica, puede ir de un extremo a otro de la ciudad por el sólo deseo de presenciar una película de culto.   

Una cinéfila, explica, puede ir de un extremo a otro de la ciudad por el sólo deseo de presenciar una película de culto

Durante la crisis económica de 2008 el dinero escaseaba en miles de hogares, empero la factura de agua, luz y gas llegaban religiosamente a los buzones de correo. En la ciudad de Barcelona, las personas mayores encontraron refugio en las bibliotecas públicas. La gente mayor, salvaguardada por anaqueles de libros, podía calentarse mientras leían la prensa, una revista especializada o una novela folletinesca. La gran pantalla se volvió un refugio o la razón de vivir de las protagonistas de Las cinéphilas, hasta el punto de volverlas selectivas y rigurosas críticas de cine. En el documental se refieren a Jack Nicholson o Jon Voight como si fueran sus contertulios en el bar, escudriñan sus vidas y describen con lujo de detalles una escena que un experto pasaría por alto. 

En un tramo de la película se observa a grupo de personas reunidas alrededor de un largo mesón. Se trata de un club de lectura. Con la exuberancia verbal de los argentinos un hombre explica un pasaje de En busca del tiempo perdido, la extensa y delicada obra de Marcel Proust. El expositor nombra a Borges para descifrar la literatura de Proust. Mientras esto sucede una de las cinéphilas dice en sotto voce: yo no soporto leer a Proust. Estoy plenamente de acuerdo con ella, puesto que para leer los siete tomos que componen En busca del tiempo perdido hay que tener el tiempo y la paciencia de Job. Ella privilegia asistir a un festival de cine local del que ha elegido qué películas ver o tomar un autobús para llegar hasta una sala de barrio en la que proyectaran una cinta de su actriz preferida. Así es el talante de las mujeres que protagonizan el filme de María Álvarez: descasadas de sus parejas por razones del destino pero casadas eternamente con el séptimo arte. 

Las cinéphilas, como lo expresa al final su directora, es un filme dedicado a la gente que va al cine. 

Ficha

Año: 2017

País: Argentina

Dirección: María Álvarez

Duración: 70 minutos