Hay una puerta ahí

La relación entre Enric Benito y Fernando Sureda, separados por un océano, se construye a partir de charlas virtuales durante la pandemia. Sus conversaciones giran en torno a la aceptación del dolor, el compromiso con los más cercanos, el sentido del humor. Enric es médico especialista en oncología y miembro de honor de la Sociedad Española de Cuidados Paliativos. Fernando es exgerente de la Asociación Uruguaya de Fútbol, enfermo de ELA. El primero acompañó al segundo y también a su entorno en su último camino. El segundo consiguió abrir en su país un debate sobre la eutanasia. La película pasó por los festivales de Málaga y San Sebastián.